S O L   O O S E L
























    Las Coristas
    un film en 16mm    
    por Sol Oosel & Guillermo Garza

    2022



    El desierto en Mina, Nuevo León, con sus históricas montañas, con su espectáculo de astros, con su misteriosa flora y fauna, continúa inspirándonos a cuestionar las dinámicas de nuestra existencia. En el verano del año 2022, me aventuré al desierto de Mina para esculpir dos grandes piedras con ondas de sonido generadas por osciladores análogos. La aventura me llevó a entender que mi cuerpo, tanto físico, como emocional, también estaba siendo esculpido; no solo por las ondas de sonido que emanan las propias piedras que esculpía, sino también por las ondas de sonido emanadas por todo lo que constituye al desierto y el más allá.

    La idea de esculpir con ondas de sonido llega después de entender ciertos dinamismos y trascendencias de las ondas sonoras. Independientemente del rango de frecuencias sonoras que el humano es capaz de escuchar, el movimiento inherente de toda partícula genera una vibración y, por lo tanto, un sonido que le es propio. Este sonido, propio de cualquier partícula, influye en la frecuencia de las vibraciones de otras partículas a su alrededor; así es como el sonido de toda partícula depende del sonido de las partículas a su alrededor. Gracias a un efecto dominó, una entidad en el extremo de un espacio contribuye al sonido de otra entidad en otro extremo de ese espacio. Me resulta fascinante imaginar al sonido de lo que me constituye cambiando gracias a estar sumergido en un gigantesco y salvaje oleaje de ondas sonoras. El sonido que uno emana cambia según el contexto. También se puede entender que la vibración de una partícula define su forma física, por lo tanto, las ondas de sonido, modificando las vibraciones de las partículas a su alcance, esculpen físicamente a la materia. El físico de uno cambia según el contexto. ¿Si fuéramos summus-sensibles a la milésima potencia seríamos capaces de ver la nueva forma física que Las Coristas obtienen con la intervención? ¿Seríamos capaces de distinguir el nuevo sonido que las piedras producen por si solas? Aunque principalmente imperceptible para nosotros, todo suena. La materia canta. Todo canto (trans)forma. El canto de Las Coristas, con cualidades que podemos denominar maternales, nos da forma.

(...y vice versa.)

    La aventura en Mina me otorgó muchas más preguntas. ¿Qué relación podemos imaginar entre el oleaje de ondas sonoras que todo abarca y nuestras emociones? ¿Lo incognoscible nos esculpe? ¿La emoción que siente una entidad en el extremo de un espacio contribuye al sonido, la forma y la emoción de otra entidad en otro extremo del espacio? ¿La trascendencia de las emociones en Mina llega al bosque montañoso de un pueblo rural en Nepal? ¿Es la convergencia de sonidos, a nivel subatómico, y las relaciones entre estos sonidos lo que produce ciertos pensamientos, ciertas ideas en nuestras mentes? ¿El yo, en un innegable cambio constante, consiste de esa única y particular proporción de sonidos/vibraciones/emociones que convergen en determinado consciente en determinado momento? Así como podemos lograr recalibrar la frecuencia de nuestra respiración o la de nuestros latidos de corazón, ¿podemos aprender a recalibrar otras de las frecuencias que nos constituyen y con ello transformar nuestra identidad?

    Cierta ley de reciprocidad dice que todo y todos, sin excepción, son parte de nuestro contexto; y sin excepción, nosotros somos parte del contexto de todos y todo. En un coro que todo lo abarca, una entidad da forma a todo lo que hay en el universo y todo lo que hay en el universo da forma a esta. Pero entonces, volviendo al tema de identidad/entidad... Si todo el tiempo todo esculpe a todo y la constitución de una es gracias a otra, ¿dónde están los límites de una y de otra?

Sol Oosel






(there is no they)


.......


El proyecto de Las Coristas se realizó para la exposición de arte público Horizontes, curada por Paola Santos Coy, en la Macroplaza, para Las Artes Monterrey en el año 2022. Posteriormente, Las Coristas se exhibieron en la galería PEANA, como parte de la exposición individual de Sol llamada “A quien le canta el viento,”. En ella se exhibió también la película realizada en colaboración con Guillermo Garza y una serie de pinturas inspiradas por la experiencia en el desierto. Hoy, gracias a Pablo Martinez y Ana Castella, Las Coristas se exhiben en el edificio GTM sobre Calzada del Valle en San Pedro Garza García, NL.